lunes, 16 de noviembre de 2020

MAMA MERCEDES

 Un dia de mucho calor, la playa estaba loca, las olas querían salirse del mar, era 21 de Julio, celebrabamos la onomàstica de mi hijo Daniel y mi nieta Daniela.

Nos desplazamos a Motril, Daniela querìa una muñeca.

Caminamos por Motríl muy felíces, era un día especial.

Compramos en el supermercado y cuándo estábamos poniendo la compra en el maletero, Dani recibió una llamada de teléfono.

Habìa fallecido mi hermana, en un instante, el tiempo se detuvo, mi corazòn latia acelerado, no podìa encajar aquella noticia.

Este verano, Daniela me ha preguntado, si me voy a morir.

Yo le he contestado, que no tengo prisa, pero que la muerte forma parte de la vida

Daniela dice que su bisabuela se ha ido a las nubes.

Entonces le dije que yo también me iré a las nubes algún día, pero que la pena debía durar lo menos posible, añadí, "a ser posible, media hora".

La realidad es que la pena se extiende y ocupa todos y cada uno de los días, semanas , meses...

Cada vez que ves un libro, vas a una playa, cocinas, te miras al espejo, abrazas a tus niet@s, te pones las gafas de cerca, tomas una cerveza, alli esta ella.

Con mi cuñado y mi hermana, viajé por gran parte de la geografia española, aprendi a guisar, fuí al río, a la playa, con ellos trabajé, y tantas cosas más que con mi madre, no habrían sido posibles.

Con el paso del tiempo, su carácter se fue haciendo poco a poco , más dificil de sobrellevar.

Opté por evitar, encontronazos y dolor de cabeza, espaciando cada vez más las llamadas de teléfono y las visitas.

Ahora que " está en casa" me gustaría que supiera, cuanto la estraño y que me he quedado con la parcela mejor de su vida, con su generosidad, su genialidad, su fortaleza  y su cariño, que temía mostrar pero que se notaba en cada una de sus acciones.

Nunca nadie fue querida por TANTO y por TANTOS.














 Un dia de mucho calor, la playa estaba loca, las olas querían salirse del mar, era 21 de Julio, celebrabamos la onomàstica de mi hijo Daniel y mi nieta Daniela.

Nos desplazamos a Motril, Daniela querìa una muñeca.






Caminamos por Motril, de un lado a otro, despuès mi hijo y mi nuera Sonia quisieron comprar en el supermercado, me lleve a mis nietas, mientras sus padres compraban. El calor era insoportable  y buscàbamos la sombra que ofrecían los àrboles, los edificios, y por fin, los padres salieron del supermercado.



Dani, abriò el maletero, estàbamos metiendo dentro la compra, cuando sonò el telèfono de mi hijo.

Lo siguiente fue " ha muerto la tita Mercedes" yo, como es lògico, pensè en mi tía Mercedes, al segundo siguiente me percatè de que mi tía hacìa años que habìa fallecido.

A continuaciòn preguntè ¿ mi hermana? . No cecesitè aclaraciòn y Motril entero se me víno encíma. Mi nuera, Sonia fue mi apoyo.

Mis nietas, a veces me preguntaban por la muerte, yo les explicaba que la muerte forma parte de la vida. Luego añadía, que la pena debe durar lo menos posible, a poder ser "MEDIA HORA".

Daniela se abrazò a mì y me dijo: abuela, tu nos has dicho que la pena, debe durar media hora.

¡Pero no dura media hora la pena! Segùn va pasando el tièmpo ves a tu hermana, en tu rostro, tus expresiones, en las comidas, en los lugares que frecuentamos juntas, en la decoraciòn,en los pendientes de brujas que me trajo de galìcia, los lugares que vìmos juntas, los restaurantes donde tomamos una cerveza, los sìtios dònde nos formamos,  las playas dònde nos bañamos,los trajes de comuniòn de mis hijos, las tijéras , el plato, la cebolla.

Ella, mi hermana, era la madre que me abriò los ojos al mundo, la mayorìa de mis experiéncias las las vivì con ellos,  mi cuñado Humberto también fallecìdo, y mi hermana contribuyeron al enriquecimiento de mi persona.

De ella copié mi fírma, mi cuñado fué mi padríno de boda, y mi hermana la madrína de mi hijo Daniél.

Toda la família sabía que no era cariñosa, pero notabas su cariño a través de sus gestos.

Era una mente maravillosa, yo creo que rozaba la genialidad, ùnicamente le fallò el marco en que le tocò vivir y las circunstancias.

Como ocurre con algunos genios, pasado un tiempo, su carácter, sus gestos, su adicciòn fue moldeandola, endureciendola al punto que llego a cerrarse y encerrarse en un mundo en el que, el insulto, la falta de empatìa, el descuìdo personal, derivò en la creéncia de la verdad absoluta.

 Se  sentìa incòmoda ante una manifestaciòn de afecto, ante la amabilidad y la cortesía.

Decìr siempre la verdad era otra de sus banderas obviando el dàño moral que pudiera acarrear, le condujo ,poquito a poco, a ir cerràndose puertas, llamando ùnicamente a aquèllas puertas que no podìan o no querían entrar en debate.

Sus razones debian ir por delante, de lo contrario, zanjaba la cuestiòn con un telefonázo y su caracterìstico zapatazo en el suelo.

Las manifestaciones de afècto, constituyeron otro caballo de batalla, lo ùnico que contaba, para ella, eran los hechos.

En su soledad, estoy segura que llegò a pensar que estaba sola, que no éramos agradecid@s, en suma, que no la queriamos.

Ya esta en casa, con su marido, mi padre y mi madre, me encantarìa que supiera que todo fue un trágico error,  que a pesar de ella y de todos nosotros, nadie fue nunca más querìda, más valorada y más estrañada por todo cuanto hizo y con quien lo hizo.

El corazòn nos llevarà siempre a tu regazo, por tu generosidad y siempre nos quedarà la esperanza de pensar que en algun momento de tu vida , aunque solo fuese un instante , hubieras  conocido el orgullo que para nosotr@s supone  que hayas formado parte de nuestras vidas, por TANTO Y POR TANTOS, nuestro eterno agradecimiento.





















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