Me gustaría hablar de la gestación subrogada desde el corazón.
Conozco de primera mano la desesperación que lleva a los progenitores a usar el cuerpo de una mujer, posiblemente desesperada también, a usar su cuerpo como incubadora.
Al nacer el libro de la vida está vacío, poco a poco se va llenando, con cosas unas veces agradables y otras veces tan desagradables, injustas y aberrantes que destroza la vida y el corazón.
Es la razón por la que nos educan y educamos a los nuestros a aceptar la palabra NO, tantas veces, por desgracia, repetida en nuestra vida.
Este entrenamiento nos prepara para la aceptación y la esperanza, de lo contrario nos llevaría a la frustración y la locura.
En un mundo ideal todo a nuestro alrededor sería perfecto, pero mientras no inventemos ese mundo habría que procurar:
_Agradecer y disfrutar lo que tenemos.
_Aceptar los infortunios y
_Seguir respirando, intentando dar un giro distinto a nuestras vidas, evitando que otra persona resuelva nuestras desgracias y frustraciones.
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